
«Todas las personas que existimos en este mundo estamos heridas así sea sólo con un pequeño rasguño, así sea éste muy pequeño, pero esa herida está allí y las heridas aunque pequeñas sean, siempre han de ser curadas para poder sanar y no empeorar»
Alejandro Alder
Psicólogo
comienza la historia
El psicólogo Suizo Carl Jung hablaba de la sincronía, un concepto con el cual definía la simultaneidad de dos experiencias vinculadas por el sentido de una manera acausal o una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una forma no causal, sin ser éstas ser buscadas.
Tal como explica Carmen en su primer post de nuestro blog, ambos nos conocemos desde hace casi dos décadas a través de los Movimientos Sociales, concretamente en el activismo LGTBI, un espacio en el que aprendimos mucho, de nosotr@s mism@s, de las demás personas, de la diversidad de nuestra comunidad, de las adversidades y sobre todo, creo que fue la puerta de inicio para empezar a encontrar las puertas para acceder, cada uno a través de sus senderos, a nuestro propio proceso de sanación emocional y a la conexión con nuestro ser interior.
La vida hizo que ambos tomáramos caminos diferentes durante unos años después de haber compartido muchos juntos en múltiples espacios pero siempre estuvimos en contacto de una forma u otra, la redes sociales ayudaron a mantener vivo este lazo, nuestro lazo. El año pasado, durante la manifestación del Orgullo estatal nos encontramos por “causalidad” que no por casualidad y decidimos hacernos la foto que acompaña nuestros dos post para plasmar un reencuentro de dos compañeros, de dos amigos que se encontraban nuevamente después de años de no verse físicamente. Este momento queda plasmado en un espacio que siempre para ambos ha significado un contexto de expresión del ser, un ambiente de libertad, de comunicación y de sanación individual y colectiva. Para mí éste reencuentro fue sincrónico, y como también manifiesta Carmen, yo también a día de hoy siento que en ese momento iniciamos inconscientemente el nacimiento, la construcción y el camino de lo que hoy ya es Sanarta.
mi camino
Sobre mí os cuento que a través de mi vida siempre he buscado consciente e inconscientemente mi sanación emocional, mi bienestar, conocerme más. Pienso que todas las personas que existimos en este mundo estamos heridas así sea sólo con un pequeño rasguño, así sea éste muy pequeño, pero esa herida está allí y las heridas aunque pequeñas sean, siempre han de ser curadas para poder sanar y no empeorar.
Ahora bien, en lo que respecta a la comunidad LGTBI, es una realidad que nuestra vidas, sobre todo en el pasado, más concretamente en nuestra infancia y/o adolescencia, han estado marcadas en mayor o menor medida por experiencias de discriminación por razones de nuestra orientación sexual y/o identidad de género. El machismo, la ignorancia y el maltrato por la LGTBIfobia son la causa de estas marcas. Dichas experiencias nos han dejado heridas emocionales como son las huellas del abandono y el rechazo, y es precisamente la sanación de estas experiencias las que Carmen y yo queremos visibilizar, identificar y ayudar, en lo posible, a sanar a las y los miembros de nuestra comunidad. ¿Cómo podemos hacerlo? Primero por nuestra propia experiencia, ambos llevamos un proceso personal de trabajo interior de años de análisis y de reparación que nos ha ayudo y enseñado a hacerlo, ahora ambos queremos enseñar a otros a sanar; segundo porque nuestros ámbitos profesionales paralelamente, junto a nuestra experiencia trabajando con y para el colectivo LGTBI durante años, nos han brindado la oportunidad de crecer, experimentar, capacitarnos y prepararnos para saber abordar idóneamente la realidad de la diversidad de nuestro colectivo.
nace sanarta
En líneas generales, Sanarta nace para sanar y soltar el pasado, para aprender a no irnos al futuro pues éste es un tiempo que no existe y hacerlo suele causar ansiedad y sobretodo, para capacitarnos para experimentar en el aquí y en el ahora nuestro presente, el espacio en el que realmente podemos decidir empezar a sanar, tomar las riendas de nuestra vida y repararnos para vivir las experiencias que realmente queremos y deseamos.
Os invito a vivir esta experiencia con Carmen y conmigo, con Sanarta, hoy más que nunca por la realidad colectiva e individual que estamos atravesando, espacios como el nuestro son más que necesarios para sanar nuestro ser emocional, nutrirnos emocionalmente y construir constructivamente la experiencia de vida que realmente queremos experimentar.
Bienvenidas y bienvenidos,
Alejandro Alder Izquierdo